jueves, 25 de agosto de 2011

Presión académica lleva al consumo de marihuana en espacios universitarios



Por Lorena Mahecha y Lina Salas

Estudiantes y expertos aseguran haber visto casos de venta en los alrededores de las universidades, al igual que consumo dentro de las aulas de clase

El testimonio de varios estudiantes de distintas universidades de Bogotá presenta una situación alarmante respecto al consumo de drogas en las instituciones académicas dentro de la ciudad. Los espacios de clase se han transformado en lugares en los que regularmente asisten estudiantes bajo la influencia de la marihuana. Expertos plantean que dicha situación se debe a la excesiva presión académica ejercida por estas instituciones.

Una estudiante de la Universidad del Rosario asegura haber sido testigo de casos en los cuales compañeros de clase asisten a estas bajo los efectos de la marihuana. Afirma además que en sitios como el Parque de los Periodistas, la Plazoleta del Rosario y el Chorro de Quevedo, la venta y compra de sustancias psicoactivas entre estudiantes es usual. Al entrevistar a un estudiante de psicología de la Fundación Universitaria Los Libertadores, este asegura que las tendencias de consumo dentro de las aulas de clase han llegado a un punto tan preocupante que incluso “arman los porros” durante las horas de clase. Ambos estudiantes aseguran que las posibles razones por las cuales sus compañeros consumen marihuana u otro tipo de drogas psicoactiva se debe a problemas familiares, estrés e influencia de amigos, pero principalmente por la presión académica que produce el ambiente universitario.


En respuesta a la pregunta de cómo se ven relacionadas las dinámicas de consumo y la situación de presión dentro de las universidades, un estudiante de Diseño Gráfico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que se reconoce a sí mismo como consumidor regular de marihuana, explica que, en adición a la sensación de relajamiento y despreocupación que se produce al fumar el narcótico, éste “aumenta la concentración para estudiar, igual que la creatividad cuando uno está cogido de tiempo para una entrega”, razón por la cual admite haberla usado durante la realización de proyectos de la Universidad y antes de las horas de clase. Afirma igualmente que resulta un producto al cual es fácil acceder económicamente, puesto que se puede conseguir un gramo de “creepy” incluso desde los 5 mil pesos, y de venta regular en lugares cercanos a la sede universitaria.

Dicho consumo esporádico puede llevar fácilmente a problemas de adicción durante los años de estudio. Marina y Teresa Tamayo, fundadoras de “Semillas de Vida”, fundación especializada en la rehabilitación de personas adictas al alcohol, al juego y a las drogas, entre otras, dan cuenta de la cantidad de jóvenes y adolescentes que ingresan a esta fundación en un rango de edad de entre 14 y 25, la mayoría estudiantes universitarios, que por problemas familiares, económicos o académicos recurren al consumo de drogas en su mayoría psicoactivas. Actualmente la Fundación cuenta con 50 jóvenes (únicamente hombres) internos por adicción a drogas quienes se someten a un proceso de rehabilitación de 9 meses a 1 año de tratamiento, el cual tiene un índice de rehabilitación exitoso.

La Fundación Semillas de Vida brinda acompañamiento e información al respecto en sus oficinas, las cuales están ubicadas en la Transversal 70 # 9-79 de Bogotá o en el número telefónico 2453576.

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