martes, 20 de septiembre de 2011

¡Se Acabó El Recreo!

Por Luisa F. Vargas Ib.

Oriundo de Boyacá, Moniquirá. De pelo blanco, ojos oscuros y rasgos fuertemente demarcados, caracterizado por un hablar pausado y una puntualidad inconmensurable; Jaime Castro vuelve a figurar en los medios de comunicación.
Nació en el año 1938, permaneció durante su infancia en Moniquirá y posteriormente, se trasladó al Colegio de Boyacá, ubicado en la ciudad de Tunja. Durante su estadía en dicho lugar logró obtener una beca para terminar sus años escolares en Bogotá, caracterizado por una magnánima inteligencia, logró extender su beca hasta los estudios superiores y de ese modo, ingresar al Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario. De ahí que sus óptimas calificaciones le sirvieran de acceso gratuito a la Escuela Nacional de Administración de Francia, donde llevaría a cabo sus estudios postgrado en Administración Pública.
Jaime, según dice Dora Montero: “comenzó una campaña lenta pero segura en los medios de comunicación. Comenzó a hacerse sonar.”, mientras que él afirma que su intención no es la de figurar, sino la de ganar (posesionarse como alcalde de la ciudad de Bogotá). Sin embargo, pese a su tradición como liberal, esta vez viene adscrito al AICO (Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia), el que le hizo prometer, según los principios indígenas, 4 condiciones: ama Shwa (no robar), ama llulla (no mentir), ama killa (no ser ocioso y ama llunku (no ser servil).
La vida de este hombre de 73 años y, en especial, su desempeño como alcalde de Bogotá entre los años 1992 y 1995, le ha dotado de una imagen distinguida que responde a su logro de sanear las finanzas de la ciudad y además, de diseñar y conseguir la aprobación del Estatuto Orgánico de Bogotá para el funcionamiento de la ciudad como una metrópoli y de esta manera cumplir con los requerimientos establecidos en la nueva Constitución Política Nacional.
No obstante, su silencio frente a la toma del palacio de justicia y el trámite de un contrato de 1994 -en el que entregaba en concesión a la sociedad francesa Lyonnaise Des Eaux y Degremont el montaje y operación de tres plantas para descontaminar el río Bogotá, en el que cada año de funcionamiento costaba 92.400 millones de pesos- constituyen los base de los argumentos de sus disidentes.
A todo esto, Jaime Castro confía en sus logros y capacidades y espera 700 mil votos a su favor para sacar a Bogotá de la crisis en que la dejó la anterior administración.

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